lunes, 2 de julio de 2007

Una larga investigación

Algún día intente encontrarle un explicación al porque nos quedamos congelados, gélidos, estupefactos frente a determinadas personas.
Simplemente lo primero que se nos viene a la cabeza, es porque cierta gente provoca una mezcla de sensaciones en cada uno de nosotros que hace que como un trago de tequila nos recorra desde la boca hasta el fondo del estomago, algo q todavía no supe encontrarle el nombre.
No se si es un sentimiento, una sensación, una sustancia, una hormona pero eso es lo que menos importa, sino que lo importante es: ¿que don especial tiene esa persona de provocarnos eso?
Durante el caminar, mire los rostros de la gente que cruzaba, y me pregunte si alguno de ellos sería propietario de dicho don. Los miré, me miraron pero en la mayoría descubrí q no manifestaban nada en mi, y fue ahí cuando hice un nuevo descubrimiento de este fenómeno. Es un fenómeno especifico, propio de cada persona...es como si le en el mundo hubiesen miles de imanes con cargas diferentes, pero solo las opuestas se iban a unir.
Cierto día de verano, me senté con mis amigas de siempre a disfrutar de la noche. Mi mano con pocas fuerzas después de descargar mi rabia con una madera, por problemas q seguramente frente a los de todo el mundo eran mínimos, pero para quienes ya me conocen, exagerar es mi verbo favorito.
Una mezcla de mal humor, y alegría ya que festejábamos un cumpleaños fueron los ingredientes para que pueda vivir en carne propia, lo que llevaba investigando.
Después de un par de copas, risas y canciones, mi mirada perdida encontró otra que la fijo momentáneamente. Fue como un golpe contra la pared. Y sin intentar citar la frase de alguna canción, en ese instante...solo sentí murmullos. Las figuras se opacaron, y la gente era un espejismo. Sentí su voz, así el la mía, con un tono de respuesta, que cambio en un salto mi estado de animo. En ese instante, avance con mi proyecto, y logre anotar más palabras a mi libro de investigaciones, la persona que nos provocaba el silencio, era capaz de manejaros casi inconscientemente a tal punto, de cambiar nuestro estado de ánimo en un santiamén.
No podría explicar, porque justamente me pasaba esto con un desconocido. Tampoco he llegado a descubrir si a esa persona también le paso lo mismo.
Solo se que cuando estoy perdida, solo basta mirarlo a los ojos. Y fue ahí, cuando le encontré las contradicciones a mi receta; si nuestra persona pierde la capacidad de transmitirnos el fenómeno, por mas que sintamos algo por ella, sabemos que esto va a ser irreversible, y que esa sensación no se va a dar mas, simplemente porque algo en nosotros cambio, y este imán ya no es compatible con nuestra carga. La peor parte es cuando esa persona sigue provocando la sensación desconocida, pero nosotros no somos capaces de frenar su mirada. Eso es inexplicable, uno se siente vulnerable, y hasta el ser mas insignificante es capaz de provocarnos una lagrima.
Y para mi desgracia y la de todos los que intentamos descubrir que es este fenómeno, el sentir esa sensación y no provocarla, puede hacernos perder el efecto de experimentarla para siempre. Y eso inevitablemente, lleva a el único efecto secundario: la incapacidad de ver que otras personas nos pueden transmitir el fenómeno, y quedar perdidos buscando esa mirada, la misma que aquella noche, fijo momentáneamente la mía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

wowwwwwwwwwwwww!!!

Anónimo dijo...

muy lindo manu!! .. la verdad no tenia esa faceta tuya .. me parece bien que publiques esas cosas que escribiste y no las dejes por ahi olvidadas.


ahora sos cientifica! :P



besotes!