jueves, 19 de julio de 2007

Cuestiones de comunicación...

Nunca tuve dificultad para poder imaginarme hasta las cosas, más insólitas. El problema surgió cuando casi perdí esa capacidad por completo. Es sumamente rara la sensación que transmite que una persona, cambie tanto un hábito común en nosotros. Lo peor no radica ahí, sino que para nosotros es inmanejable. Mil veces tuve la intención de eliminar al intruso de mis ideas. Esa persona, que por una alineación de los astros, o démosle la explicación que sea se postro en frente a todas nuestras ideas, pensamientos, hábitos. Es prácticamente imposible apartarlo por un instante.
La inquietud de querer encontrare una explicación a todo, es algo común en las personas, pero seguramente, esta debe de ser la mayor duda postrada ante alguien, que realmente cree estar enamorado.
Y es ahí cuando en algunas personas surge el desahogo, esas ganas insaciables de que alguien te entienda, que alguien sienta lo que estas sintiendo, que alguien por un segundo te de la razón.
Lamentablemente, o mejor diría extraordinariamente no solo las personas pueden aliviarnos esa sensación de desesperación.
Como suelo decir siempre, muchas veces el hablar es difícil, y el transmitir lo que sentimos es aun más dificultoso.
Aunque la necesidad es tan grande... que siempre, por diferentes caminos, hacemos saber a quien corresponde, lo que realmente sentimos…

Se me hace imposible, no imaginar nuestro encuentro.

Cada día me doy cuenta, que intentar borrarte no sirve de nada.

Cada día me enseña a que el verte, no va a ser fácil.

Hoy aprendí que los problemas del corazón, solo los sufre el q es dueño de este, y estos son casi imperceptibles para los ajenos.

Hoy entre estas cuatro paredes, y papeles innecesarios, se me hace imposible no pensarte.

Quiero cuestionar, a quien te adjudico la habilidad de aparecerte cuando te estoy olvidando, quiero borrar el efecto de tu sonrisa cuando te estoy odiando.

Quisiera saber que es lo que quiero, porque habilidosamente cambiaste mis decisiones.

Discretamente, quiero simular la forma en que te miro, en que te hablo, en que te pienso.

Quiero predecirte, tenerte, odiarte, contarte.

Quiero simplemente dejar de soñarte.

Si pudiera por un segundo explicarte, si no fueran tantas cosas las que en mi influyen para acercarme, si no fuera porque no quiero lastimarme,

Aprendería a levantarme, aprendería a quererme y aprendería a dejarte.