domingo, 22 de julio de 2007

La dimensión del dolor

No mienten algunas personas al decir que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Hay veces que son necesarios algunos episodios en nuestra vida, para darnos cuenta de la gente q nos rodea.
Las charlas son necesarias para percatarnos de que hay personas que buscan las palabras exactas para no hacernos doler, y decirnos la verdad.
Simplemente, se nos hace imposible por vivir en una nube de humo, pensar que alguien esta pendiente de nosotros, y preocupado por que estemos bien.
Muchas veces me siento egoísta, al ver que cuando estoy mal reaccionan personas, que nunca hubiese acudido al tener un problema, o hubiese consolado al enterarme de algún mal que ellos estén padeciendo.
No me darían los días de mi vida, para agradecer a aquellas personas que estuvieron cuando peor lo pase, pero tampoco me daría la voluntad para pasar cosas peores que ellos pasan.
Creo q nunca sabemos la fuerza que tenemos, hasta que la empleamos.
Sin duda, admiro la fuerza que tienen, las ganas de salir adelante, y encima el tiempo para problemas ajenos, que son de mínima dimensión con respecto a los que están pasando.
Inconscientemente muchas veces, queremos poner por delante nuestros fracasos, nuestras derrotas, sin denotar que alguien cerca de nosotros esta pasando peor, y por prestarle atención a nuestros obstáculos, no desviamos la mirada un segundo.
El aprender a valorar lo que tenemos se hace difícil, y mas aun cuando el dolor q nos acecha esta fuera de control, por más q este sea el más leve con respecto al de otros, el hecho de q nos lastime, no nos hace ver a veces las cosas como son.
Creo que esa es la explicación, no es egoísmo, sino inmadurez y falta de control sobre algunas situaciones.
Las palabras del otro son en vano. Las miradas a problemas de mayor dimensión q afectan a los demás son ciegas.
Porque no hay peor dolor que el que no tiene consuelo, por mas pequeña que sea la herida.